miércoles, 4 de marzo de 2009

81 - Pensamientos y reflexiones mes de Marzo

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.


Lo que ha hecho el Tribunal Supremo es algo de sentido común, algo así como decirles a los padres:
“No nos creemos que Uds. padres, no quieran lo mejor para sus hijos, no quieran que sus hijos aprendan y practiquen un comportamiento cívico, que sean ciudadanos, que sepan cuales son sus derechos y sus deberes y los pongan en práctica. No nos creemos que Uds. padres, no quieran que la ciudad, ese claustro social en que sus hijos viven y tienen que vivir, no sea mejor, ideal, más rica, que ofrezca más oportunidades, que esté moralmente sana. No nos creemos que Uds. padres, quieran privar a sus hijos de la “ciudadanía”, porque ese es el campo, el terreno en el que sus hijos van a vivir. Sus hijos tienen que conocerla para detectar sus defectos y no caer en ellos, para comprobar sus virtudes e incrementarlas”.
Esta materia no se la ha inventado Zapatero y el gobierno socialista para comerles el coco a los muchachos metiéndoles en sus mentes ideología, ideología, ideología. No.
Lo que ha hecho el gobierno es obedecer y cumplir una orden expresa de la Unión Europea del año 2001.
Según el Ministerio los contenidos de esta nueva materia giran alrededor de cuatro ejes:
1.- Estructura ética de la sociedad.
2.- El régimen democrático.
3.- Los Derechos Humanos.
4.- Los principios de la Constitución Española.
¿Alguien sensato puede ver peligrosos estos contenidos y oponerse a que sus hijos los estudien y objetar de conciencia?.
El problema surge al especificar esos cuatro ejes, al plasmar esos principios en cuestiones concretas, el modo de tratarlas, el tiempo y espacio que le dedican, en cuáles inciden, en cuáles pasan por alto…
Y, entonces, estamos hablando ya no de la materia sino de los libros de texto.
Si yo fuera padre, con hijos en edad escolar (esta materia va a impartirse sólo una hora a la semana, en 5º ò 6º de primaria y en 1º ó 2º ó 3º de E.S.O.) me pasaría por el centro escolar, en el mes de Junio, para mirar el tablón de anuncios y ver qué libro de texto (qué editorial) ha sido el aprobado por el seminario/departamento correspondiente y, si puede ser, informarme qué profesor va a impartirla.
Porque, al final, más que la materia, más que el libro de texto, lo más definitivo y determinante va a ser el profesor y su metodología. El “quién” y el “cómo” van a primar sobre el “qué” enseñar.
De hecho el tratamiento de ciertos ítems según los tratan las editoriales (los autores) se parecen unos a otros como una silla a una castaña.
Uno abre y ojea, en su mano derecha, (y nunca mejor dicho) el libro de la Editorial Casals, y a muchos le dan ganas de correr; pero si otro abre y ojea, en su mano izquierda (y nunca mejor dicho) los textos de la Editorial Octaedro o de Akal y a otros tantos lee dan ganas de no parar. Claro que si abres y ojeas, con los ojos y la mente abierta, el de la Editorial S.M., cuyo autor es J.A. Marina, a muchos le dan ganas de pararse, cogerlo y saborearlo, incluso el de la Editorial Editex, más en el centro o más equidistantes de los extremos.
Soy un defensor acérrimo de una materia, como ésta, que implique a los muchachos en la sociedad.
Incluso voy más allá.
Igual que hay materias que tienen una parte teórica y otra práctica, como la Química (clase + laboratorio) o las Ciencias Naturales (clase + campo) o Historia (clase + archivos y bibliotecas) o la Geología (clase + montañas, ríos,…), también la Educación para la Ciudadanía debería tener una parte teórica y otra práctica visitando asilos de ancianos, hospitales infantiles, organismos de tráfico, bomberos, cárceles, centros de parapléjicos por accidentes de circulación,… visitas a centros u organismos sociales aún a costa de algo menos de conocimiento (para el que siempre habrá tiempo de adquirirlo).
Enfrentar al alumno con problemas reales del momento: el derecho a viajar en avión y el derecho a la huelga de los pilotos; el derecho a bajarte artículos de Internet y el derecho de autor de quien lo ha trabajado y lo ha escrito.
El gran problema que subyace, no sólo en esta nueva materia, sino en la enseñanza en general, es un error en el punto de partida.
Hay cuestiones que deberían ser de Estado y no de Gobierno. Las relaciones internacionales, las fuerzas armadas, la enseñanza, la sanidad,… pero cuando un partido gana las elecciones y gobierna lo primero que hace es cambiar la enseñanza, la sanidad,… pero envuelta en ropajes vistosos: “optimizar recursos”.
¿Qué tipo de ciudadano queremos?. ¿Es un cuestión de Estado, gobierne quien gobierne, o es una cuestión del gobierno correspondiente?.
Nos haría falta un Gran Pacto entre, sobre todo, los dos grandes partidos.
Volvamos a los libros de texto.
Por lo general, casi todos, dividen aquellos cuatro ejes, en ocho temas.
Por ejemplo, el 1º, “Las relaciones interpersonales”.
Mientras Octaedro lo divide en ítems como: sexualidad y afectividad, distintos tipos de familia, la prevención del embarazo no deseado, los métodos anticonceptivos, y Akal, otro tanto de lo mismo…. Editex trata del cuidado de las personas dependientes, de la situación de la infancia, del acoso en las aulas, del “bulling”, de los Derechos Humanos.
En el tema segundo, Octaedro y Akal inciden en el tema de la homosexualidad, la represión que han sufrido los gays a lo largo de los años… mientras Editex y S.M. hablan de la participación y colaboración, del voluntariado como forma de solidaridad, sobre la seguridad vial….
En el tema tercero Octaedro habla sobre los discapacitados y su integración en la sociedad…. mientras que Editex habla de los Derechos y Deberes del ciudadano, de la Declaración de los Derechos del hombre, de la mujer y cómo ha llegado a conquistar derechos antes exclusivos del varón…
En el caso del texto de S.M. de J.A. Marina es curioso que sea recomendado hasta por la Iglesia para sus centros privados o concertados
Uno de los ítems más polémicos es el de “la familia y sus distintos tipos”.
Otro es el tema de “la sexualidad”.
Marina le dedica 2 páginas: sexualidad humana orientada además de a la procreación a las relaciones afectivas y sentimientos profundos como el amor. Santillana incide en la no discriminación por razones de sexo. Octaedro le dedica 20 páginas (de 150) y habla de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, de los diversos métodos anticonceptivos, de la homosexualidad y la represión tanto civil como religiosa a lo largo de los siglos, de las distintas formas de expresión de los sentimientos.
Cuestión espinosa para los sectores más tradicionales éste de la dimensión humana de la sexualidad, como también lo es el pluralismo moral.
OCTAEDRO se queja de “las acusaciones aparecidas en algunos medios de comunicación donde hacen referencia a unas notas de la Conferencia Episcopal y de la Concapa sobre el tratamiento que damos a algunos temas”.
Se declara “escrupulosa en el cumplimiento legal y acorde con la Constitución Española y la Declaración Universal de los Derechos humanos”.
Luego analiza puntos que han originado la controversia, y lo hace en un doble plano: 1.- Lo que dicen que dice el texto. 2.- lo que realmente dice el texto; siendo, por lo tanto, dichas acusaciones fruto del error de los interpretes, no de los autores.
Apuesta por “el respeto, el diálogo, la tolerancia y el pacto” como valores morales.
AKAL, por su parte, expone una declaración de los autores sobre “la campaña mediática desatada en su contra”. Una “falaz campaña orquestada por los medios de la derecha española contra nuestro libro que se basa en una sarta de mentiras sin escrúpulos, mentiras absurdas, tanto respecto a su contenido como respecto a nuestra posición”.
Va analizando los reproches y las críticas que le hacen y se defiende de varios medios de comunicación, de prensa, radio y televisión.
Se queja de que llamen a su libro “el libro de Zapatero” cuando consideran que su libro es un anti-manual, anticapitalista,….
Es decir, y para terminar, que en esta materia, objetada por algunos padres, hay de todo, como en botica.
Pienso que más que objetar sobre la materia es una objeción sobre el tratamiento que se le da a algunos temas en algunos libros de texto, por lo que, me temo que, tras la sentencia del Tribunal Supremo, volverán a la carga sobre los libros de texto.

Y si no…. ¡lo veremos¡.
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Por : Tomás Morales Cañedo (Filósofo )

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