miércoles, 30 de diciembre de 2009

119 - Pensamientos y reflexiones mes de Diciembre

.
LA NAVIDAD


La fiesta de la Navidad ( Na(ti)vidad o Nacimiento) no comenzó a celebrarse hasta ya avanzado el siglo IV. Hasta el siglo II los cristianos sólo conmemoraban la Pascua de Resurrección, considerando irrelevante cuándo había nacido Jesús.
Se han propuesto diversas fechas para su nacimiento y muchas iglesias las conmemoran ese día. El 6 de Enero (día de la Epifanía o aparición, “incorporación de Jesús a la humanidad) o el 10 de Enero, el 25 de Marzo (Anunciación), el 15 y el 20 de Abril…
En la actualidad los Testigos de Jehová deben ser los únicos que no celebran la Navidad, por considerarla una festividad pagana, rechazando, además, que la fecha pudiera ser Diciembre.
Pero parece que ninguna de las fechas se acerca a la que pudo ser la fecha real.
¿Que cuándo nació, realmente, Jesús?. No se sabe. Pero si se tienen en cuenta, como criterio, y cruzándolos, los tres documentos escritos de que disponemos, el de San Lucas, la orden de César del empadronamiento y el del sacerdote Zacarías, lo que se saca en limpio es que Jesús no pudo nacer un 25 de Diciembre.
Dice el evangelio de San Lucas que la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, por lo que es poco probable, o improbable, que hubiera ocurrido en invierno, cuando, precisamente más frío hace en el Hemisferio Norte.
Por otra parte, tenemos el documento del servicio, por turno, de los sacerdotes en el templo de Jerusalén. Al sacerdote Zacarías, el padre de Juan el Bautista, le es anunciado que su esposa, Isabel, está embarazada. María, la madre de Jesús, que es su prima, acude a visitarla. Jesús tuvo que nacer seis meses después que el Bautista, y si éste nació en Marzo, Jesús tuvo que nacer a finales de Septiembre-principios de Octubre.
Además, el censo, ordenado por César, por prudencia política, no pudo ser en Diciembre, época de frío en Jerusalén. Lo que le faltaba a César era ordenar el censo en Diciembre, precisamente a los judíos, siempre proclives a la rebelión contra Roma.
¿Por qué, pues, el 25 de Diciembre?
Fue una buena, útil, aunque no sé si calificarla de sibilina, la estrategia llevada a cabo por la Iglesia.
Fue una jugada maestra, de auténtica estrategia empresarial-comercial, mercadotecnia pura, programada en tres pasos:
1.- Aprovechando que … (el Pisuerga pasaba por Valladolid)… colarse, de rondón, en el mercado de invierno ofertando un nuevo producto a los consumidores.
2.- Compartir, durante un tiempo, el espacio y el tiempo.
3.- Quedarse con el monopolio del mercado, arrinconando y/o prohibiendo, los demás productos.
Y es que en el Imperio Romano las fiestas denominadas Saturnales se celebraban durante la semana del solsticio (de invierno), que era el acontecimiento social principal, día en que los romanos celebraban la fiesta del nacimiento de “El Sol Invicto”, fiesta asociada al nacimiento de Apolo y que llegaban a su apogeo el 25 de Diciembre.
Pero como Julio César introdujo su calendario (“calendario Juliano) el año 45 a.C. hubo que hacer ajustes y el 25 de Diciembre, día del Solsticio, hubo que ubicarlo entre el 21 y el 22 de muestro calendario (“calendario gregoriano”).
Durante estas fiestas los romanos posponían todas las actividades bélicas, no se abrían las tiendas, cesaban las actividades laborales, así como las actividades públicas (tribunales, escuelas,….), se hacían regalos…
Sólo estaba permitida una actividad. Supongo que se la imaginan. La cocina, que, naturalmente recaía en la….
Lo de Solsticio de Invierno o de “El Sol Invicto” es porque, realmente, el sol parece que está inmóvil, cambia muy poco su declinación, de un día a otro, pareciendo permanecer en un lugar fijo del ecuador celeste. A partir de ese momento los días son cada vez más largos y las noches cada vez más cortas.
Los conceptos polares, luz-oscuridad, día-noche,….que son fenómenos naturales, en un principio hacía referencia, únicamente, al ámbito campesino y ganadero (lo cual era lógico), sólo mucho después rebasó este campo y llegó al ámbito urbano, asumiéndolo la ciudad.
¿Interpretación, en clave cristiana, de este fenómeno natural que, indefectiblemente, se repite cada año?: Jesús es la Luz del mundo y, a partir de su nacimiento, Él va a iluminar el mundo, etc, etc,…Además es Vida.
Luz (solar y divina) y Vida (agrícola-ganadera y divina).
Todos, pues, cristianos y no cristianos, tienen motivos para divertirse y celebrar estas fiestas, aunque sea por motivos distintos, bien para la convivencia familiar y social, bien por motivos religiosos, o festejando la llegada de más luz diurna a partir de ese momento.
Nunca deben cambiarse las fechas, sino aprovecharlas dándole otra significación. Se mantiene el continente y se cambia el contenido.
Cuando Europa se hace toda ella cristiana desaparece Saturno (mito) y las Saturnales, se mantiene el Solsticio (fenómeno astronómico invariable) y se continúa con el motivo, ahora ya sólo religioso (cultural).
Es un error contemplar el mito sólo desde la perspectiva de la verdad-falsedad, sin tener en cuenta el criterio de efectividad, de pragmatismo, teniendo en cuenta su benefactoría.
Además si hubiera nacido el 25 de Diciembre, María tendría que haberse quedado embarazada 9 meses antes, el 25 de Marzo, que es cuando se celebra el día de la Anunciación del ángel, el día de la Encarnación, cuando Dios se hizo carne en el vientre de su madre.
Nada de extraño tiene, pues, que durante algún tiempo, la Iglesia hubiera estado dándole vueltas al intento de poner el 25 de Marzo como el primer día del año.
Aunque para la Iglesia la Pascua de Resurrección siempre fue una festividad más importante que la Navidad, por aquello que decía San Pablo: “si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe”.
Resucitar tiene más trascendencia que nacer, aunque mal podría haber muerto, para resucitar, si antes no hubiera nacido.
¿Qué día creen Uds, que nacieron los principales dioses: Osiris, Horus, Apolo, Mitra, Dionisio (Baco)….?. Pues el día del solsticio de invierno. ¿Por qué iba a ser el Dios cristiano menos importante que esos dioses, al hacer referencia a la Luz…
Fíjense. El culto a Mitra apareció unos 1.000 años a.C.
Mitra cargaba con todos los pecados y espiaba las iniquidades de la humanidad. Era el mediador entre el Bien (Ormuz) y el Mal (Ahriman). Era el dispensador de la Luz y de los Bienes. Era guardián protector de todas las criaturas. Era una especie de Mesías que, según sus seguidores, debía volver al mundo a juzgar a los hombres. Era un dios que había nacido de una madre virgen, en el solsticio de invierno, en una gruta o cueva, fue adorado por pastores y magos. Obró milagros. Fue perseguido. Acabó siendo muerto y resucitó al tercer día…
¿Les suena, todo esto, a algo?
Y ahora que ya sé que no pudo nacer en Navidad.
Y ahora que ya sé que se llega al absurdo de tener que decir que Cristo nació 4 ó 5 años antes de Cristo,
Y ahora que ya sé que casi todos los dioses habían nacido de una virgen.
Y ahora que ya sé que…
¿Por qué no se puede seguir celebrando las fiestas de Navidad como esos días en que se reúnen las familias, se desean felicidad todos a todos, se brinda con un buen vino, se come, todos juntos, alrededor de una mesa, comida especial, se preparan dulces navideños, se cantan canciones pegadizas, la diversión chorrea a raudales…?
¿Por qué no?.
¿Porque no nació ese día?. ¿Y eso es motivo suficiente para privarnos de la alegría de vivir intensamente, en familia, unos días, que, quizá, no vuelvan a repetirse hasta el año siguiente?.
¡Por favor¡.
¡Hay fundamentalistas “pa tó”¡
Un fenómeno natural, el solsticio o el día de mi nacimiento, puede ser (y de hecho lo es) revestido de una significación social-cultural, celebrar mi cumpleaños. Desde el punto de vista natural, haber nacido un 8 de febrero de 1.944, a la naturaleza le importa un pimiento, pero a mí sí que me importa.
El árbol de Navidad, como símbolo de vida y de fecundidad, con todos los familiares cantando a su alrededor y abriendo los regalos, es, social y familiarmente, muy beneficioso.
Los Reyes Magos, como premiadores o castigadores de las conductas de todo un año, es un método educativo infantil vigente desde que el mundo es mundo.
El Ratoncito Pérez. premiando a un niño por un hecho natural, pero frustrante, como es la caída de un diente, para hacer su casita… ¿es perjudicial para el niño que sólo maneja, todavía, el mecanismo de su imaginación?.
¿Le respondemos, a ese niño “imaginativo”, con la verdad, en bruto, de que los Reyes son los padres y de que son los padres los que se llevan, durante la noche, el diente caído y puesto bajo la almohada, dejándole dinero?.
Los mitos, cuando dejan de ser benefactores, se caen por su propio peso. El niño, a su tiempo, descubrirá su falsedad, pero seguirá repitiendo el mito en sus hijos, porque son benefactores.
Querer hacer desaparecer la Navidad (fenómeno cada vez más familiar y social y menos religioso) y sustituirla por la festividad del Solsticio de Invierno, sólo fenómeno natural, es de mentes cortas y que no se enteran de la misa la media.
Cuando leo, en un correo que me envía un amigo, y empezar pontificando: “Los viejos mitos y las nuevas verdades”, ya, de entrada, hace que me ponga en guardia.
Y cuando, a continuación, sigue: “La revolución es así. Acaba radicalmente con los mitos más antiguos”, identificando “fascismo” (término político) con “mito religioso” para, a continuación, seguir afirmando, tajantemente, :”De este mundo que alborea…han de salir los nuevos mitos, esto es las nuevas verdades”…
Es o para no tener en cuenta su ingenuidad o para temer a quien así, tajantemente, lo afirma.
Nunca una revolución puede acabar con un mito, desde fuera, externamente, violentando una práctica popular, habitual y benefactora.
¿Acaso no es un mito la revolución misma y las maravillosas consecuencias que de ella van a derivarse?. ¿No se impone, por la fuerza, la revolución, sobre aquellos que no la quieren ni la desean?.
El mito del futuro Paraíso Comunista ¿no ha ido difuminándose para ir esfumándose y desapareciendo en el paisaje, por sí mismo?.
“Cosas espirituales” son la Poesía, el Arte, la Filosofía,…. Que no deben confundirse con “cosas religiosas”.
Afirmar, tan ingenuamente, que los viejos mitos son falsedades y que los nuevos mitos son verdades, es afirmar que es el tiempo que lleven vigentes quien los caracteriza y los califica como tales, cuando, en realidad, es el pueblo quien los sanciona, independientemente del tiempo de vigencia.
Que un ateo afirme que hay que desterrar la Nochebuena, entra dentro de sus mecanismos lógicos mentales, pero decir, a continuación, que sólo los Domingos y ningún otro día será festivo es una “contraditio in terminis”, porque el Domingo (ß “dominus” = Señor) es el “día del Señor”, un día religioso.
Como lo son los Viernes para los musulmanes y el Sábado para los judíos.
Tendrían que haber elegido otro día “libre de connotaciones religiosas”, o haber hecho lo que hicieron los revolucionarios franceses, al querer imponer su nuevo calendario, natural (y, la verdad, sugestivo) y proclamar día de descanso el décimo día, en aplicación del sistema métrico decimal a la división del año, algo más lógico que el sistema septesimal para los días, el sistema sexagesimal para los minutos y segundos, el sistema duodecimal para los meses o el de 24 horas para los días.
La Nochebuena y la Navidad pueden tener la connotación que tú le des, religiosa o no, depende de ti, no queriendo imponer y sí respetar.
En España, y cada vez más, están considerándose unas fiestas cada vez más culturales, celebrándolas tanto las familias creyentes como las ateas.
En vida, lo normal es acordarse de los cumpleaños. Cuando se muere sólo se conmemoran los aniversarios de la muerte. Sin embargo, desde una larga tradición la Iglesia, siguiéndola el pueblo, propuso y se admitió celebrar tanto el nacimiento de Jesús como su muerte. Son las dos Pascuas: Las de la Na(ti)vidad y las de Resurreción o Pentecostés.


Por : Tomás Morales Cañedo ( Filósofo )

.

PENSAR Y AMAR “EN UNIVERSAL”


Un filósofo español dejó escrito: “Lo que no es tradición es plagio”.
Nadie, nunca, comienza de cero. Cuando todavía vamos de la mano, al mismo tiempo, nos están llenando los bolsillos, así que cuando comenzamos a caminar por la vida, quizá no seamos concientes pero, llevamos a nuestra espalda una mochila llena de saberes, de consejos, de ideas, de creencias, de calificaciones y descalificaciones, de amores y de desamores, de experiencias, de aciertos y de errores, de recuerdos, de relaciones, de odios, de ideales, de deseos, de frustraciones,…
Antes de empezar a caminar por la vida, o mejor aún, para poder caminar, necesitamos ir vestidos, no podemos salir ahí fuera desnudos, salimos al camino ya pertrechados.
Para organizar nuestro presente, el pasado nos es tan necesario, para no desorientarnos, como lo es el futuro hacia el cual dirigirnos.
Para poder construir el edificio de nuestra vida nos es necesario un espacio vital, pero éste, siempre está ya ocupado con pequeñas construcciones que otros han levantado. Es la tradición.
Lo edificado puede ser que sea de nuestro agrado o no, en todo o en parte. Habrá pues que mantenerlo, retocarlo o destruirlo.
En nuestra vida siempre hay frutos que otros han sembrado.
La tradición siempre es necesario tenerla en cuenta, para retocarla o para derribarla, pero nunca tenemos la necesidad de mantenerla y repetirla.
La tradición siempre está necesitada, al menos, de arreglos.
Del hecho de “haber sido así” no se infiere que “deba seguir siendo así”.
Por ejemplo, hemos pasado, tras la Ilustración, del “amor cristiano universal”, porque TODOS somos hijos de Dios, al “amor humano globalizado”, porque TODOS somos hombres, iguales en dignidad como personas.
Seguimos siendo “universalistas”, antes por motivos religiosos, ahora, sencillamente, por motivos humanos.
De un tiempo a esta parte, por doquier, se nos está vendiendo, como la mejor mercancía, tanto la alianza de civilizaciones como la equiparación de todas las culturas, al ser éstas, inconmensurables; tanto el relativismo extremo como la justicia global o el amor a la humanidad.
Eslóganes cosmopolitas como “no seas egoísta”, “comparte tu casa y tu sueldo”, “hay que ser solidarios”, “la tierra no es nuestra, la tenemos en depósito, para entregársela, mejor, a nuestros hijos”….
Desde apadrinar un niño hasta contribuir mensualmente, con una cuota, como socio de no sé qué O.N.G., humanitaria a secas, o también religiosa.
Hay quien está tan obsesionado por el calentamiento global que se le olvida dejar el coche en el garaje.
Hay quien está tan obsesionado por el efecto invernadero que se le olvida ir al bosque a cortar leña porque en su casa hay tres niños que pasan frío.
Hay quien está tan obsesionado por el hambre en el mundo que descuida el alimento de su familia.
Hay quien piensa tanto en los demás que se le olvida que en su casa hay tres hijos, que son tres mentes en blanco y que van a ser escritas y que si no es él el que lo hace, otros lo harán por él, además con mala letra, con renglones torcidos y borrones incluidos.
Nos está dando por pensar “en universal”.
Guillermo de Okham decía que: “el hombre no existe, realmente. “Hombre” es, sólo, una palabra, un nombre, (“nominalismo”), los que realmente existen son esos que van caminando por la calle, los individuos concretos”.
El “amor a la humanidad” ¿es, realmente, amor?.
El pensar “en universal”, “globalmente”, ¿es, realmente, pensar?.
Si uno quiere amar a la humanidad que empiece a hacer una tortilla de patatas y una buena cena a sus hijos.
Si uno quiere descontaminar el mundo y dejarlo como una patena, que empiece barriendo su casa y lavando los platos.
Si uno quiere abrazar a la humanidad entera, que empiece abrazando y dándole besos a su pareja y a sus hijos.

Por : Tomás Morales Cañedo ( Filósofo )

No hay comentarios:

Publicar un comentario