sábado, 22 de enero de 2011

SESENTA EN EL SIGLO XXI

Si miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años.
Es una generación que ha pateado fuera del idioma la palabra "sexagenario", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales el hecho de envejecer.
Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo veinte para dar identidad a una masa de niños desbordados en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entónces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta y pico, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura rioplatense le dio durante décadas al concepto del trabajo. Esta gente buscó y encontró hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganó la vida con eso.

Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando su madre sólo podía obedecer, y de ocupar lugares en la sociedad que su madre ni habría soñado con ocupar.

Esta mujer pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dio el feminismo y en determinado momento de su juventud en el que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad.

Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido masculinas, otras eligieron tener hijos, otras fueron atletas, o crearon su propio "YO S.A.". Pero cada una hizo su voluntad.
Reconozcamos que no fue un asunto fácil .

La gente de sesenta maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escribe, y se ve, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del teléfono para contactar con sus amigos y les escriben en e-mail sus ideas y vivencias.
Por lo general están satisfechas de su estado civil y si no lo están no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto . A diferencia de los jóvenes los "sexagenarios" conocen y ponderan todos los riesgos.

Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona y toma nota.
La gente grande comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo...

Ellos no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un Armani, ni ellas sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de éso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, por que la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben.
La gente de 60 y pico de hoy, celebra el sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo... Quizás, por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los de sesenta en el siglo XXI.
Recibido por e-mail
Anónimo.



1 comentario:

  1. Bueno cuestión lugar, ambiente, trabajo, posición. Muchos factores. Yo recuerdo a mi abuelo cuando tenía mas o menos 60 años. Era un buen cazador. Jovial, trabajador de las horas quen fueran y que después de la jornada si había unas copas o un baile era de obligada aistencia.Para nada aparentaba ser un viejo. Y de esto hace años.

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